miércoles, 8 de julio de 2009

Zabriskie point





Zabriskie Point viene a ser algo así como la representación de una mirada, fascinada y atónita, a la cultura estadounidense previa al estallido de mayo del 68. La muerte de un estudiante en una revuelta fue la excusa argumental de la que se sirvió Michelangelo Antonioni para llevar a término este análisis de una juventud atascada entre el movimiento “hippie” y el compromiso personal. Tras un enfrentamiento en un campus universitario entre estudiantes y policías, un joven de familia acomodada, Mark, cree haber matado a un agente y huye, en compañía de otro joven y tras robar una avioneta, al desierto de Arizona. Allí se encuentra de un modo fortuito con Daria, una muchacha que trabaja para un abogado, director de un importante proyecto inmobiliario, y que está cruzando el desierto en automóvil para asistir a una reunión de negocios. El título de la película hace referencia a un sector del Parque Nacional Valle de la Muerte caracterizado por una sinuosa erosión y en el que los protagonistas del film intercambian observaciones filosóficas y políticas. Antonioni disfrutó fotografiando parajes de Estados Unidos como nunca volvería a hacerlo en ninguna de sus otras películas, sin olvidar nunca su pasión por la composición del plano y la urdimbre de encuadres de infinita belleza formal. Opaca, profunda, con un punto de misterio, Zabriskie Point nos devuelve a un Michelangelo Antonioni del que nunca lo sabremos todo y al que siempre recordaremos por su intensidad cinematográfica. Estamos ante uno de los títulos “hippies” más conocidos de la época, más que nada por el nombre de su prestigioso director y la magnífica banda sonora que incluye temas de Pink Floyd, The Rolling Stones, Patti Page y otros monstruos del rock. Fue producida por Carlo Ponti para MGM con un coste total de siete millones de dólares, y en ella se observa todo el indefinido universo de Antonioni en cuanto a un guión coherente se trata. Se adueñan de todo el metraje los paisajes vacíos y la exacerbada violencia de la sociedad norteamericana.

1 comentario:

  1. El final de la película es alucinante: Daria, una de las protagonistas del film, tiene una visión: una explosión onírica a cámara lenta de la lujosa casa de su jefe explotador en medio del desierto, que se mantiene durante cinco minutos ininterrumpidos mientras suena esplendorosa, del susurro al grito desgarrado, la canción de Pink Floyd "Come In Number 51, Your Time Is Up".

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