miércoles, 8 de julio de 2009

ARTE

Sin título. Mark Rothko

La realización de una obra de arte requiere en un primer momento el dominio de una técnica determinada y un control de ciertos artificios relacionados con la destreza y la habilidad , tanto manual como mental . De esta manera, en pintura, el conocimiento de los materiales y el entendimiento de conceptos tales como el color, la composición, la armonía o el contraste, así como su correspondiente puesta en escena, dota al pintor de calidad como pintor y sólo como pintor, pues esas destrezas pueden aprenderse, son nociones propias de una disciplina al igual que en música lo es el solfeo, en arquitectura la física o en cine el montaje. El dominio total de esos conocimientos hace que el "artista", en cualquier manifestación, se sitúe en lo que llamo el UMBRAL ESTÉTICO (línea que es necesario cruzar para poder llegar a ser un verdadero artista). El paso de este limen responde ya a cuestiones un tanto complicadas, puesto que entramos ya en conceptos subjetivos y abstractos como pueden ser la liberación del genio o la sensibilidad intrínseca de cada persona. ¿Quién es entonces el que queda por detrás de ese umbral estético descrito antes?... un mero artesano, catalogable en distintos niveles, pero todos ellos inferiores al llamado artista. En mi opinión, todas la disciplinas artísticas que hoy día se consideran como arte apenas cambian con respecto a otras como por ejemplo el deporte, la jurisprudencia o la ciencia, tan sólo tienen la distinción de que pueden superarse a sí mismas mediante la genialidad del alma, la catarsis. Tienen ese poder de superación que fabrica arte. La verdadera cuestión y lo realmente complicado es poder valorar o reconocer esas condiciones que hacen que un individuo traspase el umbral.

A partir de aquí...


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