miércoles, 8 de julio de 2009

Europa y Hollywood


Quiero hacer una distinción de lo que en mi opinión es el cine europeo, intimista y visionario, respecto del cine norteamericano, divertido, emocionante y atractivo al público. Siempre ha habido una clara dicotomía entre un cine europeo artístico y un cine de Hollywood popular y comercial, o por lo menos antes la había, ya que curiosamente, en la actualidad el cine europeo intenta imitar al norteamericano, cuando paradójicamente, éste último le debe al primero todo su ser (sólo hay una cosa peor que esos horrendos films comerciales made in Holywood, y son las películas que intentan imitarlos). ¿Dónde ha quedado toda esa identidad, ese cine de autor que proclama la independencia y la plasticidad, ese estatus de artista en cuyas manos se ponían todos los técnicos y actores, y de cuyo criterio, gusto y estilo dependía el resultado final? Pues pienso que, desgraciadamente… en un conjunto de "locos incomprendidos" que todavía hoy día anteponen la creación individual y artística a un puñado de dólares. Holywood casi siempre se sirvió del talento de directores europeos como Charles Chaplin, Fritz Lang, Ernst Lubitsch, Jean Renoir, Alfred Hitchcock, Ingmar Bergman, Billy Wylder, Roman Polansky, Milos Forman, Michelangelo Antonioni, etc. Algunos tuvieron encuentros fugaces con la llamada fábrica de sueños (en ocasiones de pesadillas) y otros realizaron allí toda su carrera cinematográfica. No quiero con esto menospreciar en absoluto a todos los directores norteamericanos ni alabar a todos los europeos, sólo intento reivindicar el concepto y el origen del cine. Hay muchos directores americanos de Hollywood realmente sorprendentes y de mi agrado como son: Orson Welles, Stanley Kubrick, Woody Allen, John Huston, David Lynch, etc… al igual que muchos y malos realizadores europeos. Creo que todo es una cuestión cultural. Europa, con sus vanguardias artísticas: Impresionismo francés, Expresionismo alemán, Futurismo italiano, Surrealismo español, Vanguardismo ruso… almacenaba un romanticismo creativo que ha pasado a ser historia del cine en pos de un afán industrial y de rentabilidad económica que convierten al cine en un negocio vulgar de masas al igual que gran parte del arte actual. El cine norteamericano tiene los medios y el europeo, el alma (o al menos la tenía).

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