miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Qué le falta al arte contemporáneo?


Al repasar el último trabajo conocido de Italo Calvino, “las seis propuestas para el próximo milenio” o lezione americane, y extrapolarlo al mundo del arte contemporáneo, intentando aportar un supuesto personal para completar ese sexto epígrafe que aparece garabateado y que no llegó a constatarse, me doy cuenta que el mundo del arte hoy día se va alejando cada vez más del gran público, estando al mismo tiempo más al alcance que nunca.

Es cierto que, en cuanto a infraestructuras, podemos encontrarnos actualmente con bastantes centros, galerías y museos de arte que en muchos casos responden a un proceso de “gentrificación” o aburguesamiento de determinadas zonas urbanas. De hecho, raro es que una ciudad o municipio no disponga de un edificio de este tipo (salvando, por supuesto, las distancias en cuanto a relevancia). Me viene a la mente, por ejemplo, la sala de Blas en Archidona, un espacio de arte en el salón de una vivienda en el que se realizan exposiciones varias de artistas contemporáneos. El caso es que de una u otra forma, sea cual sea el espacio, entramos a uno de estos centros como si de un lugar sagrado se tratase. Parece que se nos invite a contemplar y admirar ritualmente “la belleza” de las obras allí expuestas, aisladas en un espacio de protección casi místico y glorificadas, por tanto, como objetos sagrados. Ocurre algo parecido al entrar en un templo religioso, cuando automáticamente bajamos la voz y adoptamos actitudes de respeto, asombro y fascinación. Nos paseamos por las naves laterales observando la arquitectura, viendo dioses, cristos, vírgenes, escenas bíblicas, símbolos y ornamentación… pero en realidad, la gran mayoría que visita estos lugares no está entendiendo su significado, no está leyendo lo que ve al igual que por lo general no se “lee” una muestra o una obra de arte. Hoy día nos parecería un “pecado mortal” el hecho de ir a una gran ciudad y no visitar alguno de sus museos totémicos, nos guste o no el arte. Pero el hecho de acudir allí es un peregrinar por pura inercia, por “borreguismo”. Esto provoca un deambular por las galerías como en Bande à Part de Godard, sólo que en lugar de correr unos minutos, paseamos horas viendo cantidades ingentes de obra que, al fin y al cabo, nos enriquece exactamente igual que a los tres chicos de la famosa escena. En todo caso, y si tenemos cierto interés, nos da tiempo a comprarnos el catálogo y a fotografiar el edificio, opinando acerca de su estructura o de su posible excentricidad.

Como consecuencia, y pese a todos los medios que tenemos a nuestra disposición: museos, catálogos, retrospectivas, mass media, exposiciones, espacio urbano (incluyendo internet, por supuesto)… el arte está distante, creo que no se entiende ni tampoco se pretende entender, extendiéndose cada vez más una ignorancia y una desinformación generalizada que aumenta a medida que el arte avanza y que no entendemos quizás porque tampoco comprendemos bien el mundo en que vivimos y qué es lo que nos está pasando. Vemos pagar auténticas fortunas por obras de arte de años atrás en las grandes casas de subastas pero no se está ni mucho menos familiarizado con los distintos modelos o corrientes artísticas que nos inundan hoy, en la era de la globalización. ¿Qué se está haciendo?, ¿porqué se está haciendo? Creo que esa es la clave, y el DEBATE acerca de estos hechos, mi sexto epígrafe. De la falta de interés, entendimiento y cohesión se deriva una ausencia de debate, de puesta en común, que a mi modo de ver es una asignatura pendiente del arte. La producción artística no debe estancarse en la relación artista, comisario, exposición, catálogo y crítico. Debe extenderse más al plano social, y no sólo como factor escándalo producido por una “virgen desnuda” o un “cristo meado”.

En mi opinión, todas estas impresiones ponen de manifiesto una falta de DIDÁCTICA. Creo que es necesaria una pedagogía que haga más accesibles a los verdaderos artistas y al buen arte, y que origine el debate del que hablaba anteriormente. La política y el mercado ya han explotado este fantástico mundo, pero la enseñanza todavía no se ha servido de éste como contenido transversal a la hora de analizar nuestras sociedades, como una mirada, una postura diferente, crítica y sutil. He hecho mención anteriormente al proceso de “gentrificación”, consistente en una transformación urbana en la que la población de un sector o barrio pauperizado es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo a la vez que se va renovando. Pues bien, la última etapa de este proceso, que es una fase de revalorización, es prácticamente la misma que en la mayor parte del arte contemporáneo hoy día. Los marchantes, las galerías y las casas de subastas pretenden causar algo parecido (la revaloración del artista) como último fin y como medio de prestigio y enriquecimiento propio, originando una burbuja artística contemporánea de la que es preciso levantarse. Toda la especulación crea escepticismo, el escepticismo crea desinterés, y ese desinterés extingue. Es hora de que el conocimiento del arte moderno se valide, se asiente de una manera objetiva y propia en la medida de lo posible y no sea tan dependiente de la filosofía, la antropología o la semiótica, sino que le sirvan de apoyo.

Es el momento de una especialización a todos los niveles, una reconversión hacia un campo autosuficiente. Y para eso tenemos que empezar con una nueva concepción, alejada del todo vale en pos de un mercado voraz.

En definitiva, pienso que no se puede gozar del arte y éste no puede ser útil sin un cierto conocimiento. No podemos contentarnos y creer en la mera experiencia estética o divina, porque el arte hoy engloba muchísimo más. Como decía Rudolf Arnheim “ver implica pensar”, y para pensar tenemos que partir de un cierto conocimiento. Esto vuelve a la idea de la ausencia de didáctica y de debate en torno a la producción artística, discusiones extendidas y generalizadas que, en mi opinión, nos situarían a todos un escalafón más arriba en cuanto a la adopción de una postura crítica de lo que nos rodea, un juicio complementario que nos ayudaría a saber lo que ocurre hoy, ahora. El arte es una respuesta a nuestro tiempo, analiza y cuestiona nuestro ser y nuestro entorno, y cuestionar es una manera de combatir la dejadez, la pasividad y la alienación. Debemos luchar todos contra esa fase imaginaria y alienante del espejo de la que hablaba Jacques Lacan que en cierto sentido sigue todavía presente en cada uno de nosotros y en la que “yo” es “el otro”, posibilitando una mayor autonomía en el momento de pensar y la hora de actuar.


José Manuel Montoro Bago

Master en Producción e Investigación en Arte / curso 2011-2012

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Cómo seguir viviendo? El nihilismo: el tema de nuestro tiempo


“Falta el fin; falta la respuesta al “¿para qué?”; ¿qué significa nihilismo? Que los valores supremos se desvalorizan”. Puede que esta definición dada por Nietzsche en 1988 sea la más acertada y extendida de eso que llamamos nihilismo. Sin embargo, y rebasando el significado dado comúnmente a este concepto como negación de toda creencia 1, existen otras muchas maneras de enfocarlo y de entenderlo; Freydis, por ejemplo, nos da una versión mucho más reaccionaria, activa, cuando dice que un nihilista es aquel que no se somete ante ninguna autoridad, aquel que no acepta principios basados en la fe 2, Franco Volpi, por su parte, nos dice de una forma más pesimista que “el nihilismo nos ha dado la conciencia de que nosotros, los modernos, estamos sin raíces, que estamos navegando a ciegas en los archipiélagos de la vida, el mundo y la historia” 3, Heidegger lo describió como el estado en el que “no queda nada del ser en sí”. Hoy, el concepto de nihilismo reinante contiene más o menos trazas de todas esas visiones, pero fundamentalmente, y en nuestro mundo global, puede que se trate simplemente de una “forma de neutralización” 4. En la actualidad, hasta el acto más revolucionario e insurrecto puede ser institucionalizado y así, anulado o absorbido. Lo vemos a menudo. Dichos actos carecen, pues, a partir de ese momento, de identidad y de fuerza, ya no son nada. Esa tónica, iniciada en el posmodernismo, se ha globalizado y es la que marca de una manera inexorable nuestra contemporaneidad más reciente.

Si enfocamos el asunto al mundo del arte nos damos cuenta de que sucede algo parecido, da la impresión de que la estandarización (como forma de neutralización) se ha adueñado de todo. El arte actual se rige básica y principalmente por la idea de mercado, midiendo el prestigio y la categoría del artista por su cotización en el mismo. El artista en general ya apenas crea, sino que más bien “serializa” bajo una estética dominante, asegurándose una ingente producción de material para así poder hacer frente a esa voraz especulación que reclama dicho producto. Luego están los conceptos de innovación o transgresividad, pero siempre bajo el amparo del dinero y lo institucionalizable o musealizable. Aunque también existen destellos y apreciaciones no politizadas que responden a otras ideas más elevadas dentro del mundo del arte, también está el hecho de que prácticamente la totalidad de éstas no entran a formar parte del gran círculo artístico sino como microrrelatos en la historia. Al tomar como referencia a los artistas más cotizados de los últimos años: Jeff Koons, Murakami y Damien Hirst, entre otros, podemos cerciorarnos de este efecto descrito. Todos ellos son productores de mercancía destinada a coleccionistas abducidos por su elevada fama y cotización. Arte fácil, sin reflexión, arte en donde, según Guy Debord, el espectáculo parece ser un paso lógico y normal dentro del sistema capitalista en el que se desarrolla 5.

Sin embargo, el nihilismo puede verse también reflejado en el arte de una manera no necesariamente “destructora” y negativa. Teniendo en cuenta esa ausencia de valores de los que hablaba Nietzsche (Dios, bien y verdad) podemos pensar en el arte como paradigma de uno de ellos; la verdad, y al igual que éste, no está necesariamente perdida. En el escrito del artista norteamericano Ad Reinhardt Doce reglas para una nueva academia nos encontramos con un auténtico “manifiesto nihilista”, no en una forma neutralizante, sino más bien renovadora. En éste, su autor nos describe un cierto nihilismo de vertiente constructiva que puede y tiene la intención de representar el inicio de una nueva etapa o una nueva forma de pensar dentro de las artes plásticas. Para Reinhardt ese valor de “verdad” no es sino la pureza en el arte que el mismo reclama. Una pureza que, en el intento de su culminación, deja enormemente restringido el campo de la pintura. Ad Reinhardt lo niega prácticamente todo, a través de su máxima “más es menos (…) menos es más”, el artista acaba con el Expresionismo abstracto6, pero no únicamente con éste, sino prácticamente con cualquier posibilidad de “hacer nada más” 7. Su nihilismo es absoluto pero a la vez restaurador:
[…] 1. Nada de textura. La textura es naturalista o mecánica y es una cualidad vulgar, sobre todo la textura del pigmento o empaste. Espátula, rajar el lienzo, pintura difuminada y otras técnicas de acción son poco inteligentes y hay que evitarlas. Sin accidentes ni automatismo.

2. Ni pincelada ni caligrafía. Escritura a mano, trabajo a mano y sacudidas son personales y de mal gusto. No estampar firma o marca comercial. “Las pinceladas deben ser invisibles”. “Uno nunca debe permitir que la influencia de los demonios consiga el control sobre la pincelada”.

3. Ni boceto ni dibujo. Todo, donde comienza y donde termina, se debe trabajar en la mente de antemano. “En pintura la idea debe existir en la mente antes de que el pincel sea tomado”. Ni línea ni contorno. “Los locos ven contornos y los dibujan”. Una línea es una figura, un cuadrado es un rostro”. Ni sombreado ni rayado.

4. Sin formas. “Lo mejor, lo más puro, no tiene forma”. Ni figura ni primer plano o fondo. Ni volumen, ni masa, ni cilindro, esfera o cono, o cubo o boogie-woogie. No empujar ni tirar. “Ninguna forma o sustancia”.

5. Sin diseño. “El diseño está en todas partes”.

6. Sin colores. “El color ciega”. '”Los colores son un aspecto de la apariencia y por tanto sólo de la superficie”. Los colores son bárbaros, inestables, sugieren vida, “no pueden ser totalmente controlados”, y “deben ser ocultados”. Los colores son un “adorno de distracción”. Nada de blanco. “El blanco es un color y todos los colores”. El blanco es “un antiséptico y no un elemento artístico, apropiado y agradable para los aparatos de cocina, y apenas el medio para expresar la verdad y la belleza”. Blanco sobre blanco es “una transición del pigmento a la luz” y “una pantalla para la proyección de la luz” e imágenes “en movimiento”.

7. No luz. Ni brillo o luz directa en o sobre la pintura. La luz débil y absorbente del crepúsculo de la tarde es mejor dejarla fuera. No claroscuro, “la realidad maloliente de los artesanos, mendigos, borrachos harapientos y arrugados”.

8. No espacio. El espacio debe estar vacío, no debe sobresalir, y no debe ser plano. “La pintura debe estar detrás del marco”. El marco debe aislar y proteger la pintura de su entorno. Las divisiones del espacio dentro de la pintura no deben ser vistas.

9. No tiempo. “El tiempo del reloj o el tiempo del hombre no cuentan”. No hay antiguo ni moderno, no hay pasado ni futuro en el arte. “Una obra de arte está siempre presente”. El presente es el futuro del pasado, no el pasado del futuro. “Ahora y antaño son uno”.

10. Ni tamaño ni escala. Amplitud y profundidad de pensamiento y sentimiento en el arte no tienen relación con el tamaño físico. Los grandes formatos son agresivos, positivistas, desmedidos, venales, y carentes de gracia.

11. Sin movimiento. “Todas las demás cosas están en movimiento. El arte debe estar inmóvil”.

12. Ni objeto, ni sujeto, ni tema. Ni símbolos, imágenes o signos. Ni placer ni dolor […] 8.
¿Qué es lo que puede quedar del arte después de esto?, ¿qué podemos esperar, pues, de la pintura?... “Queda el mundo de la tridimensionalidad que implica al arte en el espacio real, siempre y cuando […] quede reducido a un nivel primario, aséptico, esencial, conformado por formas geométricas rigurosas, impecablemente terminadas” 9. Ad Reinhardt inaugura el Minimalismo, un movimiento que se propone alcanzar el máximo con los mínimos medios posibles. Recordemos la máxima de Reinhardt “menos es más”, muy acorde con el pensamiento nihilista de Freydis: “sintonizar el ruido, eliminar la paja y buscar la sustancia” 10. La “carencia de significado” en las obras, la simplificación, la limpieza, la racionalidad, la búsqueda de objetividad… ¿acaso no es eso un renacer, una visión positiva y optimista nacida de una condición de premisas nihilistas? Reinhardt nos marcó una pauta acerca de cómo seguir sobreviviendo, quizás no al nihilismo, sino en el nihilismo mismo, y surtió efecto; no sólo en lo que a las artes plásticas se refiere, sino también en la vida y en la sociedad 11. No podemos pensar ni actuar, pues, en un divagar semejante a esa condición de neutralidad mencionada anteriormente y que domina nuestro arte y nuestra vida. El escrito de Reinhardt nos aporta un nuevo camino, una visión renovada sin renegar de lo que ya nos es propio; para él lo fue “una condición posmoderna” 12, para nosotros lo es la globalización. Pensando el nihilismo, sea en la forma que sea, se puede “vivir el nihilismo” o “vivir en el nihilismo”.

Como hemos dicho, Ad Reinhardt supone el umbral o el paso entre el Expresionismo abstracto o Abstracción pictórica y la Abstracción postpictórica o Abstracción fría (precursora del minimalismo), más clara y definida. En ambos casos el concepto abstracción esta presente. El arte abstracto dispone de un discurso que escapa de algún modo a la disciplina y a las limitaciones. Digamos que posee una capacidad de transgresión. Es una forma de expresión que se da, al menos a priori, desde la experiencia de la nada. Es necesario atravesar un vacío para llegar a las “formas”. La abstracción supone un intento por llegar hacia una estética basada en una imagen “pura”. En nuestra cultura occidental, el nihilismo es el desamparo frente a la muerte de Dios y a la pérdida de los ideales antes mencionados, pero a través del arte y en concreto de la abstracción, puede ser entendido como punto de partida, y eso es precisamente lo que hace Reinhardt. La superación del nihilismo, por tanto, puede ser la superación de la representación misma.

En la película de 1965 Alphaville, de Jean Luc Godard 13, Lemmy (agente secreto enviado a la ciudad para acabar con la “dictadura” del profesor Von Braun, creador del sistema de represión mas perfecto que se haya concebido jamás) responde ante el interrogatorio de Alpha 60 (máquina de deducciones lógicas que definen la sociedad y los comportamientos de los habitantes de la ciudad): “¿Sabe lo que transforma la noche en luz? La poesía”. El arte es pues una herramienta que si se agarra con fuerza puede ser fundamental; bien para aplacar el nihilismo dominante, bien para “coexistir” con éste, en conjunción suya o de manera reaccionaria. Pero también el propio nihilismo puede ser la herramienta (Reinhardt lo demostró), el nihilismo como detonante, como “causa para entender la vida, la realidad, y su propio lugar dentro de todo” 14. En la ciudad de Alphaville, el dominio tecnocrático permitió llegar a un punto de sumisión en el que la rebelión era directamente inconcebible, el estricto control de las emociones por parte de Alpha 60 y la eliminación de palabras del diccionario como amor, por qué o llorar hacían de sus habitantes auténticas “máquinas” al servicio de máquinas, paradigmas de nuestra sociedad postfordista. Sin embargo, y pese a ello, Lemmy y Natascha (hija del doctor Von Braun) logran escapar de ese estado de “nihilismo consumado”, de esa neutralización de la conciencia dirigida por Alpha 60, y lo hicieron simplemente enamorándose y queriendo “existir”. Hagamos pues del arte y de la abstracción 15, un paradigma del amor y del hecho de vivir, un ejemplo que nos ayude a subsistir y a sobrepasar a la nada, una “verdad” que nos haga ver que no todos los valores están perdidos y que podemos ilusionarnos, no necesariamente con “cosas verdaderas”, sino con el propósito de ver cómo son verdaderamente las cosas 16.


1 Definición de nihilismo de la Real Academia Española: (Del lat. nihil, nada, e -ismo).1. m. Negación de todo principio religioso, político y social. 2. m. Fil. Negación de toda creencia.
2 Freydis. Manifiesto nihilista. 2010. Disponible en http://www.counterorder.com/.
3 Volpi, Franco. El nihilismo. Madrid: Siruela, 2007.
4 Castro Flórez, Fernando. Una cosa trivial (a primera vista). [Fatrasies, varietès y otras ocurrencias del arte contemporáneo]. En la conferencia: Existencia y nihilismo. Claves para comprender la vinculación entre la filosofía y el arte en el mundo contemporáneo. Facultad de Bellas artes de Granada, 8/02/2012.
5 Debord, Guy. La sociedad del espectáculo. Valencia: Ed. Pre-textos, 2002.
6 La obra de la última etapa de Ad Reinhardt supone un cambio de paradigma en el Expresionismo abstracto (al que el propio Reinhardt perteneció una vez), encabezado por el Action painting y caracterizado por las densas superficies de pintura que aplicaban artistas como B. Newman, J. Pollock y M. Rothko, entre otros.
7 Ad Reinhardt, en una entrevista con Bruce Glaser llegó a decir a propósito de sus black paintings: “Estoy pintando las últimas pinturas que alguien puede hacer”.
8 La Rubia, Leopoldo. El nihilismo de las Doce reglas para una Nueva Academia (1957) de Ad Reinhardt y la clausura de la representación. La transición de la Abstracción pictórica (Expresionismo abstracto) a la Abstracción postpictórica y al Minimalismo. Universidad de Granada. Departamento de filosofía. Área de estética y teoría de las artes, 2011.
9 Ibidem.
10 Freydis. Order & Chaos - Patterns, Science, and Nihilism. December 31, 2001.
11 No hay más que ver la importancia que adquirió la tendencia minimalista en las artes, el urbanismo o el diseño, así como en la cotidianidad de las personas en general, y las secuelas que ésta ha dejado muy presentes en nuestra sociedad actual de consumo.
12 Al igual que Jean François Lyotard en su libro La condición posmoderna: informe sobre el saber. Madrid: Cátedra, 1987, Ad Reindhardt nos relata el fin o la incredulidad respecto al metarrelato del siglo XX, en su caso respecto al macrorrelato dominante del Expresionismo abstracto.
13 En la película podemos ver un mundo automáticamente perfecto, en donde todo acto esta orientado a predecir las consecuencias, donde nuestros modos de comportamiento dejaron de ser naturales y pasaron a ser tan sólo una mera operación lógica para evitar cualquier desequilibrio. El amor, la emoción y el arte son anulados, dando lugar a ciudadanos y conductas programadas y predecibles hasta la desesperación.
14 Freydis, Op cit.
15 La abstracción, según Kandinsky, implica una puesta en suspensión global del mundo, que sin embargo no nos deja en presencia de la nada, sino de aquello que somos en nuestro ser más profundo.
16 Referencia a una famosa cita de Godard en la que afirma que “no se trata de mostrar las cosas verdaderas, sino de mostrar cómo son verdaderamente las cosas”.



José Manuel Montoro Bago

Master en Producción e Investigación en Arte / curso 2011-2012

martes, 11 de octubre de 2011

PARADOJA


La afirmación que sigue es falsa
La afirmación que antecede es verdadera

Si las tomamos juntas, estas dos afirmaciones tienen el mismo efecto que la paradoja de Epiménides o paradoja del mentiroso ("todos los cretenses son mentirosos") 1; pero si las tomamos por separado son afirmaciones inocuas, y hasta potencialmente inútiles. La "culpa" de este bucle extraño no se puede achacar a ninguna de las dos afirmaciones, sino exclusivamente a la manera como "apuntan" la una a la otra.
Automáticamente la paradoja nos hace pensar en Manos dibujando de M.C. Escher y en el Teorema de la Incompletitud del matemático Kurt Gödel, quien propuso la idea de utilizar el razonamiento matemático para explorar el razonamiento matemático; "hay, para todo fonógrafo, un disco que éste no puede hacer escuchar".

Manos dibujando M.C. Escher

1.- Esta paradoja es una aseveración que de manera brutal contradice la dicotomía tan generalmente aceptada entre aseveraciones verdaderas y aseveraciones falsas, puesto que si por un momento la tomamos como verdadera inmediatamente se nos dispara por la culata y nos ponemos a pensar que es falsa. Pero una vez que hemos decidido que es falsa, un análogo tiro por la culata nos hace volver a la idea de que es verdadera. Haga el lector la prueba y lo verá. Una versión más afilada de la paradoja es sencillamente "estoy mintiendo" o "esta aseveración es falsa". La paradoja del mentiroso es un bucle extraño de un solo paso, como La galería de grabados de M.C. Escher.

La galería de grabados M.C. Escher



Gödel, Escher, Bach "un eterno y grácil bucle". Douglas R. Hofstadter

martes, 26 de abril de 2011

Palabras mágicas y discursos que hechizan

"El lenguaje de la magia y la magia del lenguaje" es un quiasmo fácil que funciona siempre, en el que ya atisbamos un ejemplo de suave transformismo "mágico" de las palabras y de mecanismo "mágico" de la retórica. Están en primer lugar las palabras que se emplean como conjuros, invocaciones, hechizos y fórmulas mágicas rituales para dominar las fuerzas ocultas de la naturaleza. Son inventadas y misteriosas, como "abracadabra". Pero en las palabras hay también fenómenos misteriosos que no se inventan, sino que se descubren, que no se construyen, sino que son inherentes a ellas, y que producen vértigo. ¿Cómo se explica que en italiano el anagrama de attore sea teatro? se dirá que es una casualidad, pero los casos son muchos, por ejemplo, el sorprendente "anagrama", "amar gana" o "nacionalista", "altisonancia". Don Anacleto Bendazzi es autor de una increíble y admirable Vita di Cristo in mile anagrammi, donde aparece una inquietante aclaración de porqué Cristo calló durante el interrogatorio de Pilatos. No respondió porque la pregunta "Quid est veritas?" llevaba inserta en forma de anagrama la respuesta: "Est vir qui adest".


Expresarse con acierto. Adelino Cattani

lunes, 28 de marzo de 2011

Mahoma condenado en el infierno

La Basílica de San Petronio es la iglesia más famosa y majestuosa de la ciudad italiana de Bologna. Se encuentra dominando la Piazza Maggiore con sus imponentes dimensiones (132 metros de largo por 60 de ancho y una altura de 45 metros) que hacen de ella la quinta iglesia más grande del mundo. Dedicada a San Petronio, patrón de la ciudad (de la que fue obispo en el siglo V), su construcción se remonta a 1390, cuando el ayuntamiento encargó a Antonio di Vincenzo los trabajos de edificación de una gran catedral en estilo gótico, que según las primeras intenciones hubiera debido sobrepasar —en dimensión— a la Basílica de San Pedro, en Roma (el proyecto de tal majestuosidad fue bloqueado por voluntad papal). La basílica gozó desde un principio de gran prestigio, hasta el punto de ser escogida por Carlos V para su coronación como emperador por parte de Clemente VII en 1530.

En el interior de la basílica, concretamente en la cuarta capilla (llamada Capilla Bolognesi), encontramos un misterioso y desgarrador fresco del Quattrocento pintado por Giovanni da Modena en donde se representa El Paraíso, El regreso de los Reyes Magos, varios episodios de la vida de San Petronio y al Profeta del Islam condenado a ser eternamente desgarrado de la cabeza a los pies por los demonios.

Debajo de la sobrecogedora figura castigada a sufrir las penas del infierno, el pintor escribió con letras góticas un nombre: Mahomet.













Giovanni da Modena cogió el pincel y comenzó a plasmar al Profeta Mahoma completamente desnudo, rodeado por una serpiente, en el momento de ser torturado por un leviatán. No podría aventurar el pintor que, 551 años después, en el 2002, aquellas pinceladas que contemplaba orgulloso acabarían siendo objetivo de la ira de la organización terrorista islámica de Osama bin Laden, furiosa por considerar la obra una blasfemia. La Unión de Musulmanes de Italia destapó la caja de los truenos: “el fresco que representa a Mahoma en el infierno es blasfemo y obsceno”, exclamaron en una carta enviada al Papa Juan Pablo II hace pocos años. Tenían muy claro que esa obra era una afrenta demasiado grande, por lo que debía desaparecer. Para ello inauguró una campaña de movilizaciones (entre ellas una manifestación ante la mezquita de Roma) que hasta el momento, sin embargo, de poco han servido. Actualmente, mientras algunos representantes musulmanes en Italia se conforman con pedir que se quite el nombre del Profeta debajo de su figura, otros más exigentes propugnan incluso la “destrucción total”. «Quien trate de destruir esa imagen será bendecido por Dios, porque lo hará para modificar una actitud nociva y rechazada por el Islam», dijo Abdel Aziz El Mataani, profesor de la más antigua universidad islámica, la de Al Azhar de El Cairo. La noticia de un posible atentado contra la basílica, difundida hace unos años por un diario italiano, no ha sido confirmada por las fuerzas policiales de Bologna, que “aseguran” no tener ninguna evidencia de ello. Aun así y desde entonces, la iglesia se encuentra vigilada constantemente por policías de paisano. Últimamente San Petronio es asediada por centenares de turistas y curiosos que quieren ahora contemplar el suplicio (quien sabe si cada vez menos eterno) del Profeta مُحَمِّد.

miércoles, 23 de febrero de 2011

THE KING OF LIMBS



El año pasado RADIOHEAD anunciaba que estaban trabajando en un nuevo álbum, el primero que se iba a editar desde que en 2007 salió In raimbows. Y... ¡por fin llegó la buena nueva! A través de su sitio web http://www.radiohead.com/deadairspace/ la banda anunció que ya estaba disponible la versión digital the The King of Limbs.

Este nuevo disco incluye ocho canciones: Bloom, Morning Mr Magpie, Little By Little, Feral, Lotus Flower, Codex, Give Up The Ghost y Separator. El sonido sigue la estela opresiva y oscura de su predecesor, In rainbows, con más protagonismo si cabe de los bajos gravísimos, las bases de ritmos en primer plano y sutiles arreglos electrónicos. La publicación del disco vino precedida por el lanzamiento del nuevo vídeo del grupo, Lotus flower, estrenado en la web del grupo junto con la primera fotografía para promocionar The King of the Limbs. En el vídeo de Lotus flower, en blanco y negro, podemos ver cómo Thom Yorke baila de una forma un tanto extravagante. Las extrañas posturas de Yorke dieron lugar a todo tipo de reacciones en internet. Un seguidor ha llegado a recopilar varios de sus pasos de baile en Tumblr y otros hablan de la influencia de Marcel Marceau. El lanzamiento de The King of Limbs, octavo álbum de la formación, fue anunciado este mismo lunes. A diferencia de lo que hicieron con su trabajo anterior, In rainbows (2007), en esta ocasión no se daba la posibilidad de que cada persona pagara lo que quisiera (la famosa honesty-box), sino que la descarga costaba 7 euros (formato MP3) u 11 euros (formato WAV, el de los CD).

viernes, 18 de febrero de 2011

RADIOhead

"Street Spirit (Fade Out)"

Rows of houses, all bearing down on me
I can feel their blue hands touching me
All these things into position
All these things we'll one day swallow whole
And fade out again and fade out

This machine will, will not communicate
These thoughts and the strain I am under
Be a world child, form a circle
Before we all go under
And fade out again and fade out again

Cracked eggs, dead birds
Scream as they fight for life
I can feel death, can see its beady eyes
All these things into position
All these things we'll one day swallow whole
And fade out again and fade out again

Immerse your soul in love
IMMERSE YOUR SOUL IN LOVE

Y ahora... en castellano

“Espíritu callejero (se desvanece)”

Hileras de casas, todas se abalanzan sobre mí
Puedo sentir sus manos azules tocándome
Todas estas cosas en posición
Todas estas cosas un día las tragaremos enteras
Y se desvanecerán otra vez, y se desvanecerán

Esta máquina no comunicará
Estos pensamientos y el esfuerzo bajo el que estoy
Ser un mundo infantil, formar un círculo
Antes de que todos sucumbamos
Y se desvanecerá otra vez, y se desvanecerá otra vez

Huevos rotos, pájaros muertos
Gritan como si lucharan por vivir
Puedo sentir la muerte, puedo ver sus ojos atentos
Todas estas cosas en posición
Todas estas cosas un día las tragaremos enteras
Y se desvanecerán otra vez, y se desvanecerán otra vez

Sumerge tu alma enamorada
Sumerge tu alma enamorada

sábado, 29 de enero de 2011

Fabricado para no durar

Comprar, tirar, comprar

Un documental sobre la obsolescencia programada, o lo que es lo mismo, la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo. Baterías que se "mueren" a los 18 meses de ser estrenadas, impresoras que se bloquean al llegar a un número determinado de impresiones, bombillas que se funden a las mil horas... ¿Por qué, pese a los avances tecnológicos, los productos de consumo duran cada vez menos? ¿Quieres saber dónde terminan? En 1911 se anunciaban bombillas con una duración certificada de 2500 horas pero en 1924 los principales fabricantes pactaron limitar su vida útil a 1000. El cártel que firmó este pacto, llamado Phoebus, nunca existió oficialmente pero en "Comprar, tirar, comprar" se nos muestran pruebas documentales del mismo como origen de la obsolescencia programada. En Livermore, California, encontramos la bombilla más antigua del mundo. Encendida sin interrupción desde 1901, está en internet 24 horas al día. De momento se han agotado ya dos webcams y la bombilla va por la tercera. INCREIBLE...

Todo esto y mucho más en este estupendo documental.
Podéis verlo entero en http://www.rtve.es/alacarta/#983391

sábado, 22 de enero de 2011

The Band “The last waltz”

Director: Martin Scorsese.

Título original: The Last Waltz

Año: 1978

Duración: 111 min.

Nacionalidad: EE.UU.

Género: Documental

The last waltz (El último vals) es una película documental sobre el concierto de despedida del grupo canadiense The Band, realizado el Día de Acción de Gracias del año 1976 por Martin Scorsese de una manera soberbia pero a la vez simple y sin exhibicionismos. The Band Llevaba más de 15 años de carrera, con grandes trabajos editados que combinaban las raíces country-blues de su país, con efluvios de rock sucio y vibrante, los mismos que contagiaron al cantautor Bob Dylan a mediados de los setenta y que le incitaron a cambiar la guitarra acústica por la eléctrica. Los discos "Music for the Big Pink" (1968) y "The Band" (1969), y las giras acompañando a Dylan fueron su testamento más importante. Lo habían logrado prácticamente todo y querían probar nuevos caminos por separado.

Con esta película el autor neoyorquino ofrecía un valioso ejemplo de cómo abordar este tipo de proyectos, con una puesta en escena que sobrepone el valor y la comunión de la música, el público y sus intérpretes, al ejercicio de estilo autocomplaciente, el cual termina hastiando, distrayendo más que exponiendo, alejando más que acercando. Todo ello sin perder un lúcido aspecto visual y un tono cercano a sus partícipes que nos aproxima de manera directa y personal al disfrute de su obra y a la atención de sus pensamientos.

Aunque toda la película resulta memorable y un auténtico regalo para los amantes del rock de verdad, no el rock del marketing o el de la bobería, existen momentos cumbre, inolvidables, como la reunión de la banda con Ronnie Hawkins, su primer mentor cuando The Band se hacían llamar The Hawks; la intervención de Neil Young interpretando la excelente canción “Helpless”, que había grabado junto a Crosby, Stills & Nash; el antológico duelo guitarrero entre Eric Clapton y Robertson; la participación de Muddy Waters, filmada en plano secuencia, o la majestuosa aparición de Bob Dylan dando inicio a la balada “Forever young”, para animar el ritmo con posterioridad con la soberbia “Baby let me follow you down”. Tampoco podemos olvidar la intervención de leyendas musicales como la del irlandés Van Morrison, la del Dr. John y su piano cantando de manera espléndida “Such a night”, la de Joni Mitchell, quien también hace coros a Young, la de Paul Butterfield con su armónica, o la de la gran dama del country Emmylou Harris, quienes se unen, con las adiciones estelares de Ringo Starr y Ron Wood, en un apoteósico final cantando el tema de Dylan “I shall be released”.

Si la actuación transmite el latido de cada instrumento, las emociones, la camaradería... las entrevistas son una disección espontánea de una banda en su lado más íntimo. Algunas de las cuales fueron realizadas a miembros completamente ebrios (la borrachera del pianista Richard Manuel es más que notable). Improvisan canciones en el sofá, hablan sobre sus duros orígenes en la música, de las chicas en la carretera... y divagan acerca de la historia de la música de su país. Sin tapujos, tal y como son.

A parte del concierto y las entrevistas, Scorsese añadió también unas actuaciones de The Band en los estudios de la Metro de Cuver City, donde interpretan la hipnótica pieza instrumental "The last waltz", compuesta para la ocasión, además de otros hitos de su carrera, como la bellísima "The weight" junto con los Staple Singers.

En suma, los tres segmentos que conforman el film, sabiamente entrecruzados, ofrecen una panorámica sincera y desnuda de lo que significó The Band, una de las bandas de rock más importantes de los sesenta. Un Magnífico documento, amigos.

The band

The Band: Richard Manuel, Garth Hudson, Levon Helm, Robbie Robertson y Rick Danko

Fuente: http://purpuraprofunda-thumb.blogspot.com/

miércoles, 28 de julio de 2010

El culto al famoso

Hace poco tuve la suerte de ver una serie de documentales emitidos el 6/02/10 por La 2 de TVE en la noche temática, agrupados con el nombre de El culto al famoso. Y digo "suerte" porque, obvia y tristemente, cualquier producto televisivo de calidad y cierta relevancia encuentra su hueco en la programación sólo en ciertos canales y una vez rellenadas las horas de máxima audiencia con programas que todos sabemos y que no voy a mencionar. Así pues, estos documentales cayeron en mis manos de otra manera... (sí, claro, por Internet) No recuerdo bien lo que me llevó a topar con ellos, el caso es que me han resultado interesantísimos y bastante esclarecedores (sobre todo el primero de los tres). Me gustaría que todo el mundo pudiese verlos con atención, aunque bien es cierto que no serviría prácticamente de nada -lástima-. A veces me pregunto cómo podemos ser tan estúpidos de tener una respuesta concreta, clara y contrastada de lo que sucede hoy día con el mundo del entretenimiento y el espectáculo (saber en realidad lo que es y cómo funciona) y no hacer nada, no cambiar en algo nuestros hábitos de consumo, o lo que es peor, consentir aún, parsimoniosos, nuestra manipulación. Nos engañan, tergiversan, se enriquecen a nuestra costa... Lo sabemos. Consumimos. Somos tontos. GILIPOLLAS.
No voy a comentar ninguno, ¿para qué?... os dejo la direción para descargarlos y quien esté interesado, que lo haga.

viernes, 9 de julio de 2010

VIAJE DE VUELTA


“… ¡Fortuna singular cuya meta se muda,
y estando en ningún sitio puede estar en cualquiera!
¡Donde el hombre, del cual no ceja la esperanza,
para hallar el reposo siempre corre demente!...”


CHARLES BAUDELAIRE, «Le voyage»
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1

Todavía arrastro el gélido frío del andén trece, contraído en mi butaca con la nariz húmeda y las manos cuarteadas (color grana y un poquito hinchadas) —Tengo la mente turbia, estoy un poco desorientado...— El chófer, un hombre orondo y serio, está fumando con mucha calma un cigarrillo arrugado mientras mira pensativo y cabizbajo a la rueda delantera del autobús, dándole a la vez tímidos golpecitos con la punta de su viejo zapato castellano. Parece que el tiempo se haya detenido por un instante. Una cierta inquietud se adueña del espacio en este mismo momento, como si la atmósfera portara alguna entidad o sustancia extraña, densa. Repentinamente, el gordo vuelve en sí de su embelesamiento y mira diligente su gran reloj de pulsera a la vez que se apresura a cerrar enérgicamente los maleteros (Bum, Cataplum). Tira la colilla en exceso apurada y sube a su cabina. Acaba de arrancar el motor y se dispone, como siempre, a rasgar metódicamente uno a uno los billetes de los viajeros que van entrando al interior del coche. Me incorporo lentamente y con desgana para mirar por encima del asiento delantero cuando veo que suben ya los últimos pasajeros, clones repitiendo movimientos en cadena con gesto frío e impasible, como si formaran parte de un apenado cuentagotas.
Puff, todavía quedan doce minutos…” pienso mientras vuelvo a retreparme. Al final de la cola hay un hombre viejo y mustio, con el rostro ajado y lleno de surcos que irradian serenidad y sabiduría, tiene el pelo canoso y balbucea unas cuantas palabras para sí mismo al tiempo que un palillo mondadientes recorre su despoblada boca. Viste un jersey verde amplio, quizás una talla mayor, y unos pantalones de pana marrones un tanto deslucidos. Al entrar, el anciano mira un instante su billete rajado y levanta la mirada para buscar su asiento… Habla el viejo:
Oiga señorita, ¿puede decirme cuál es el número de mi asiento?, no… no logro verlo bien— pregunta con voz entrecortada a una joven muchacha sentada más adelante.
Claro señor, veamos… ¿me permite? ¡Ah sí!, es el número treinta y cuatro, está un poco más allá… ¿quiere que le ayude con eso?— responde la chica.
El viejo se gira soezmente sin responder al ofrecimiento (es probable que ni siquiera lo haya escuchado) y comienza a avanzar titubeante mirando a ambos lados hasta que un señor de mediana edad y voz ronca de fumador asiduo le indica su puesto:
Es éste, caballero, éste de aquí. Aquí mismo, sí. ¿Necesita ayuda?...
No, gracias— contesta con voz vaga y apática.
El veterano personaje se dispone a colocar su equipaje en la plataforma superior y yo, observándole de soslayo, siento que poco a poco se alejan estos tres meses.

2

Estoy sentado en el asiento número cuarenta y siete, en la parte trasera. En el puesto de mi izquierda, desocupado y con algunas migas de pan, está mi maletín de piel, agrietado por el paso del tiempo… recuerdo cuando ella me lo regaló, hará unos seis años, todavía huele al tabaco de pipa que guardaba en el pequeño bolsillo central. Los cristales del autobús están empañados y yo me encuentro absorto dibujando un pequeño garabato maquinalmente con la uña del dedo índice, pensando en ella y en mi futuro. Describo pequeños movimientos en forma de espiral y luego los secciono con sutiles trazos en incontables direcciones. De repente, sin saber cómo, estoy esbozando una leve sonrisa, no sé porqué pero me ha venido a la mente aquella peculiar pareja de italianos que me preguntaron el camino hacia la catedral, se quedaron sorprendidos cuando les respondí en su propia lengua… tuvo gracia.
Son las siete en punto cuando el conductor regresa jadeante después de unos cinco minutos de ausencia en los que ha dejado cerrado el vehículo, calentándose, ya con todos los viajeros dispuestos en su correspondiente plaza y con la iterativa vibración del motor dejándose notar en mis pequeños bosquejos.
Apenas comenzado el trayecto, un silencio lúgubre inunda el interior del vehículo, sólo interrumpido por el ligero traqueteo de las maletas y por el leve rodar de los neumáticos sobre el asfalto. Ya en las afueras de la ciudad el panorama es extraño, queda poca claridad pero todavía se aprecian contrastes de luz y color, admirables combinaciones de agrios y añiles que hacen revivir escenas de la más pura pintura metafísica. A medida que nos alejamos de la ciudad y su periferia los matices se van haciendo más y más tenues y difusos, poco a poco va oscureciendo. Ciertamente no recuerdo haber visto un crepúsculo de esta manera, con plena conciencia en el suave devenir de la noche.
Muchas de las personas que tengo alrededor duermen y el grácil movimiento del viaje me está contagiando el sueño lentamente. La calefacción está encendida y un agradable calorcillo empieza a abrigarme al mismo tiempo que observo mi pequeño garabato. Las gotitas resbalan despacio por el cristal borrándolo poco a poco—viendo fijamente sin mirar… estoy ensimismado, en un estado de distensión absoluta nunca experimentado antes por mí—. La jornada de hoy ha sido bastante intensa y los párpados se me van cerrando mansamente con una pesadez anestésica.

3

Un sutil escalofrío me acaba de recorrer el cuerpo cuando repentinamente siento que alguien en la fila de la izquierda se está fijando en mí… “que raro, no creía haber advertido anteriormente a nadie allí” pienso extrañado. Parece ser una chica morena y pequeñita según alcanzo a ver con el rabillo del ojo. Su rostro a media luz, sobrio y dulce a la vez, encierra algo fascinante y oculto que me inquieta poderosamente. “¿Porqué diablos me estará observando?” Me pregunto mientras cruzo las piernas.
¡Bah…, qué más da!
Intenta dormir” me digo restando importancia al suceso. Pero aún así tengo la tentación de girarme, de verla, de cerciorarme de esta impresión mía. Bien es verdad que no pretendo provocar un incómodo cruce de miradas, ¿de qué serviría? Además, no quiero que sepa que me he dado cuenta de su presencia. No sé bien porqué; pero casi sin querer estoy manteniendo viva esta intrigante escena, “debería dejar ya de pensar en esto, soy demasiado fantasioso”.
Me acomodo un poco y respiro profundamente un par de veces para relajarme. A los pocos minutos echo ligeramente el respaldo hacia atrás…
Perdone, ¿le molesto?— pregunto en voz baja a la persona que hay sentada a mis espaldas.
No, tranquilo, no te preocupes— responde amablemente.
Al volver la cabeza hacia al frente, un instante de extraña desazón se apodera de mí. Me he encontrado directamente con ella, con esa mirada tenebrosa clavada en mis ojos. Tengo el corazón acelerado y estoy totalmente quieto como una escultura de mármol, helado. La chica tenía una tibia sonrisa que jamás olvidaré, como si se encontrara confiada en un oscuro propósito y, lo que es peor, como si ya me conociera. No tuvo ninguna intención de disimular, parece que supiera de alguna manera que acabaría mirándola. Noto todavía sus fríos ojos clavados en mí y me inquietan —verdaderamente los intuyo, los siento—. Ya no logro conciliar ese sueño tan placentero que me invadía, ahora en mi cuerpo se mezcla el bienestar anterior con la congoja de aquella presencia… no quiero girarme otra vez; sin embargo, siento una absorbente necesidad de verla…

4

El autobús aminora la marcha, el cambio de ritmo me desvela levemente. “Me he quedado dormido” me digo frotándome los ojos a la vez que me desperezo un poco. Empiezo a ver de lejos las luces de la ciudad y de las casas de alrededor que denotan ya la llegada a nuestro destino. Pasan unos minutos en los que me siento aturdido pero lentamente voy recuperándome. Me duele ligeramente la cabeza, pero no me incomoda demasiado. Estamos entrando en la estación, en ese momento me despabilo del todo, me giro para coger mi maletín, el abrigo y la bufanda y, al volverme de nuevo, veo que una muchacha está bajando por la escalera. En ese momento recuerdo todo lo sucedido anteriormente, pero lo evoco como si estuviera envuelto en una espesa neblina. “¿Será ella?” pienso entusiasmado. Es curioso pero prácticamente había olvidado aquel misterioso encuentro anterior. Su puesto estaba vacío, “seguramente sea aquella chica” me dije, “estoy convencido”. Me apresuro a bajar detrás de ella para poder verle la cara, quiero ver de frente esos ojos de jade por última vez, directamente y de cerca, quizás decirle algo.
Al apearme miro alterado en todas direcciones, no consigo verla entre la gente. “En fin, probablemente haya sido un sueño” pienso decepcionado. Me agacho para coger mi pequeña maleta roja y al levantar la vista la advierto, de espaldas y a unos veinte metros de mí. Al verla caminar, siento algo así como un leve pellizco, avanza como una joven Gradiva, con movimientos rápidos pero serenos, estoy petrificado, inmóvil ante esa hermosa y turbadora escena. Intento seguirla con la mirada durante algunos momentos pero parece como si se la tragara la tierra poco a poco.
¡Hola…!— exclama una suave vocecilla…
En este mismo momento reacciono y la veo a mi lado. Nos besamos, intercambiamos una sonrisa tierna y sincera, ella mira para abajo con una timidez adorable, la abrazo fuerte con una mano en la cintura y otra en la parte de atrás de su cabecita (amo abarcarla de esta manera). Siento el olor de su cuello, de su pelo, de su ropa, lo aspiro profundamente con los ojos cerrados y en un instante de ilusoria esperanza miro tímidamente detrás suya, como si quisiera encontrarme por última vez con ese cuerpo secreto, esperando otra entelequia. La Gradiva ya no está, ha vuelto adonde quiera que esté su savia, regresa a un sitio en donde la necesiten, en donde encuentre descanso…
¿Has tenido un buen viaje?— Me dice sonriendo
Umm… sí, he ido durmiendo casi todo el trayecto…Date prisa querida, o llegaremos tarde.

viernes, 16 de abril de 2010

Entrevista a Julián Ruiz


Fragmento de la entrevista realizada a Julián Ruiz para el diario IDEAL de Granada (30/03/2008)


-¿Cuántos discos tiene en casa?

-Unos tres millones de vinilos, pero se están deteriorando por la humedad. Mira... Toda la colección de Frank Sinatra en discos de pizarra, vale una fortuna. "Revolver" de Los Beatles en ruso, una rareza...

-¿Guarda algo más que discos...?

-Sí. Una guitarra que me regaló Freddie Mercury, una pandereta de Prince, una camisa de Keith Richards, una botella de Moët Chandon que me ofreció Mick Jagger por haber llegado tarde a una entrevista... Tonterías. No soy fetichista, pero ¿cómo vas a rechazar un regalo?

-¿Cuándo empieza a acumular estos tesoros?

-A los doce años. Mi padre fue uno de los primeros en tener tocadiscos. Era subdirector de PUEBLO y un gran pianista. Me ponía Gershwin, Rachmaninov...

-...y empieza a entrevistar a ídolos en una época en que no venían a España de promoción.

-Ahora tampoco vienen, porque como en España no venden... Sólo funciona un producto local horroroso. Estopa. La culpa la tiene el elemento ese de El último de la fila, Manolo García, que se cree un gran escritor. Odio el flamenco, esa cosa de la España facha...

-¿Es usted un anglófilo?

-¡Qué coño! Soy progresista. Estopa representa la España cañí del franquismo, el sello Belter de Juanito Valderrama, Manolo Escobar y compañía. Lo que hemos odiado siempre. ¿Para qué hemos luchado?

-Pero Estopa vende mucho.

-Ya... Hay mucho facha en España. Y después, lo de "O.T" ha sido corrosivo para la música, pero ha servido para que salga una nueva generación de chavales que ya no quieren ser protagonistas del programa, sino estrellas directamente. Amy Winehouse también veía "O.T".

-¿Amy Winehouse también es "marketing"?

-A la gente le gusta el morbo. Yo creo que es así, un desastre, una persona muy débil. Puede ser la próxima Janis Joplin. O acabar bien, como Lou Reed, que ahora sólo va a hoteles con gimnasio. Recuerdo cuando vino a Madrid en los 70... Con travestis, que era lo que le gustaba... y yo buscándole jeringuillas por las noches...

-Pinta un panorama desolador del pop y el rock español.

-¿Dónde están hoy los Lone Star o los Sirex, que eran como los Rolling Stones; los Brincos, que eran como los Beatles?... ¿La Oreja de Van Gogh? No me jodas. Las casas de discos están en manos de abogados y administrativos. Si yo hubiera llevado a El canto del loco en los 70 y 80 a una discográfica me habrían echado. En las listas del BILLBOARD no hay ningún músico español.

-¿No triunfa Bisbal en Sudamérica?

-Nada... Es mentira que vayan a hacer las Américas. Sólo Serrat y Sabina, en Argentina y con ¡60 años!

-¿Qué diferencia a los artistas que usted produjo de los actuales?

-Sabían mucho de música. Tino Casal tenía una voz de tres octavas, el teclista de Azul y Negro era Premio Nacional de Piano... ¡El que se dedica a la música al menos tiene que ser músico!

jueves, 11 de febrero de 2010

La noche

"...Tendido de espaldas, bien abiertos los ojos, abandonando durante algunas horas todo cuidado humano, me entregué desde la noche hasta el alba a ese mundo de llama y de cristal. Fue el más hermoso de mis viajes. El gran astro de la constelación de la Lira, estrella polar de los hombres que vivirán dentro de algunas decenas de millares de años, resplandecía sobre mi cabeza. Los Gemelos brillaban débilmente en los últimos resplandores del crepúsculo; la Serpiente precedía a Sagitario; el Águila ascendía al cenit, abiertas las alas, y bajo ella ardía esa constelación aún no designada por los astrónomos y a la cual habría que dar un día el más querido de los nombres. La noche, jamás tan completa como lo creen aquellos que viven y duermen encerrados en sus habitaciones, se volvió más oscura y luego más clara. Las hogueras destinadas a alejar a los chacales se fueron apagando; aquellos montones de carbones ardientes me recordaron a mi abuelo erguido en su viña, sus profecías convertidas ya en presente y que bien pronto serían pasado. En mi vida busqué unirme a lo divino bajo muchas formas; conocí más de un éxtasis; los hay atroces, y los hay de una conmovedora dulzura. El éxtasis de la noche siria fue extrañamente lúcido. Inscribió en mí los movimientos celestes con una precisión que jamás me habría permitido alcanzar ninguna observación parcial. En el momento en que te escribo, sé exactamente qué estrellas pasan en Tíbur sobre este lecho ornado de estucos y pinturas preciosas, y cuáles están suspendidas, en otras tierras, sobre una tumba. Algunos años después, la muerte había de convertirse en objeto de mi contemplación constante, pensamiento al cual dedicaría todas las fuerzas de mi espíritu que no estuvieran absorbidas por el Estado. Y quien dice muerte dice también el mundo misterioso al cual acaso ingresamos por ella. Después de tantas reflexiones y de tantas experiencias quizá condenables, sigo ignorando lo que sucede detrás de esa negra colgadura. Pero la noche siria representa mi parte consciente de inmortalidad."

Memorias de Adriano. Marguerite Yourcenar

domingo, 7 de febrero de 2010

Maharishi Mahesh Yogi

Mahesh Prasad Varma nació en Raipur, Chhattisgarh, India, el 12 de enero de 1917. Considerado hoy como uno de los mayores eruditos del conocimiento védico, “Maharishi” ha conducido personalmente y también ha guiado e inspirado a equipos de científicos de destacadas universidades y centros privados al desarrollo de innovadoras investigaciones en el campo de la conciencia, así como también en el de la medicina, la psicología y la sociología. En su larga trayectoria de casi 50 años en Occidente, Mahesh Prasad Varma ha recibido el reconocimiento de universidades, jefes de gobierno, ministros, líderes espirituales y religiosos, asociaciones médicas, científicos, gobernadores de estado y alcaldes de diversas culturas y lugares del mundo.

En 1941, a los 24 años de edad, se incorporó a la Jyotirmath y comenzó a adquirir las bases de la tradición veda con su maestro Swami Brahmananda Saraswati. “Maharishi” permaneció con Brahmananda hasta la muerte de éste último en 1953. Ese mismo año decidió retirarse a Uttarkashi, al pie de los Himalayas. Allí entró en un retiro de meditación en donde conocería el pulso de la naturaleza, cosa que le permitió profundizar en su experiencia de meditación. En 1955 tomó rumbo a otras regiones de la India, decidido a mostrar al mundo una ruta alternativa para cambiar el sufrimiento y la ignorancia. Su mensaje era claro para quienes lo escuchaban: La vida es gozo. El hombre ha nacido para disfrutar. Dentro de cada uno hay una reserva ilimitada de energía, inteligencia y felicidad… entonces… ¿Por qué gastar el tiempo en agonía y sufrimiento en la vida? ¿Porqué sufrir cuando se puede disfrutar? ¿Porqué ser miserable cuando se puede ser feliz?
Sus discursos fueron bien recibidos y fue por ello que buscó promover sus enseñanzas por otras provincias. Fue en la ciudad de Madrás, durante uno de sus seminarios, al cual asistieron más de 10.000 personas, cuando se preguntó el por qué no utilizar sus enseñanzas para proveer al mundo de una técnica que le ayudaría a aliviar sus pesares y encontrar la paz y la felicidad.

Mahesh Prasad Varma asumió el título de "Maharishi Yogi", que significa gran vidente (un título muy parecido al de "Doctor"). El primero de enero de 1958, Maharishi anunció su movimiento de regeneración espiritual, durante el cual se proporcionaría un método simple y sencillo de meditación; el cual, al ser utilizado a diario, cambiaría la vida de las personas. A partir de esta idea, comenzó a promover la meditación y el yoga en diferentes lugares como Malasia, Singapur y Hong Kong, donde la popularidad de sus enseñanzas le precedía. De ahí tomó rumbo a Hawai y en 1960 llegó a la ciudad de San Francisco. Fue en este lugar donde la enseñanza del yoga fue convirtiéndose poco a poco en la técnica de la MEDITACIÓN TRASCENDENTAL, con la que las personas pueden obtener niveles de descanso profundo y de relajación que a su vez mejoran la calidad de vida significativamente.

Movimiento de Meditación Trascendental

Maharishi describe así la MT:

"La meditación trascencental es una técnica natural que permite a la mente consciente experimentar de modo creciente estados de pensamiento más sutiles hasta alcanzar la fuente del pensamiento, la reserva ilimitada de energía e inteligencia creativa. Esta práctica simple expande la capacidad de la mente consciente y un hombre es capaz de utilizar su potencial pleno en todos los campos del pensamiento y la acción."

La práctica de la meditación trascendental y sus beneficios se fueron reflejando en diferentes aspectos de la vida de las personas; es por esto que Maharishi Mahesh Yogi continúo con su aprendizaje incansablemente. En 1963 publica el libro La ciencia del ser, el arte de vivir. En sus páginas se puede encontrar un análisis sobre la existencia del hombre en la tierra y del cómo es posible, a partir de las leyes de la naturaleza y de la creatividad, crear un mejor estilo de vida, aquel que nos lleve a sentirnos más satisfechos y felices con nosotros mismos.

El crecimiento del movimiento fue rápido, especialmente a finales de la década de los sesenta, cuando la cultura, la meditación oriental y la espiritualidad se volvieron más atractivos a los ojos del público. Muchas personalidades de la época fueron atraídas por el movimiento, especialmente estrellas del pop y del rock como el cuarteto británico The Beatles, el grupo californiano The Beach Boys (cuyo cantante Mike Love, se convirtió en maestro de la MT) y el cantautor Donovan (que se hizo amigo de Maharishi y puso su foto en su álbum A Gift from a Flower to a Garden). El encuentro con Los Beatles fue en el año 1968, cuando los jóvenes músicos pasaron un tiempo de retiro en la India. Después de unos meses, tiempo en el que compusieron los temas del Álbum Blanco, los miembros de la banda, a excepción de George Harrison, se desilusionaron con el Maharishi, suscitándose un conflicto con acusaciones cruzadas. Se rumorea que cuando el Maharishi les preguntó por qué se iban, Lennon le contestó: “Si eres tan cósmico, sabrás por qué”. Los Beatles le dedicaron la canción "Sexy Sadie", en la cual relatan el episodio que provocó la ruptura.

La actriz Mia Farrow y los cineastas Clint Eastwood y David Lynch también se han interesado notablemente por la técnica de la meditación trascendental. En palabras de este último: “Ha cambiado mi vida, mi mundo. No estoy solo. Millones de personas de todas las edades, religiones y formas de vida practican esta técnica y disfrutan de beneficios increíbles”.
Su aprendizaje y conocimientos también fueron incorporados a diferentes disciplinas como la arquitectura, en donde un diseño védico apoyado por las leyes naturales crea armonía y salud para las personas que lo habitan. (En 2001 se crea oficialmente en el estado de Iowa una nueva ciudad que promueve estos principios y que recibe el nombre de “Ciudad Védica Maharishi”). También se fundaron institutos, universidades y colegios en los cuales se incorporaba la metodología desarrollada por Maharishi a la educación tradicional.

Maharishi Mahesh Yogi ha tratado de identificar las diferentes etapas de la conciencia, en particular, intentó demostrar que si los grupos de personas meditan sinceramente en la misma zona se puede lograr una sociedad más pacífica y un próspero efecto. El 5 de febrero del 2008 Mahesh Prasad Varma muere en Holanda a los 91 años de edad, dejando su sabiduría a sus discípulos y entregando las bases para que se continúe con la labor que él comenzó, y que no era otra que crear un mundo mejor y más habitable para la humanidad.