lunes, 28 de marzo de 2011

Mahoma condenado en el infierno

La Basílica de San Petronio es la iglesia más famosa y majestuosa de la ciudad italiana de Bologna. Se encuentra dominando la Piazza Maggiore con sus imponentes dimensiones (132 metros de largo por 60 de ancho y una altura de 45 metros) que hacen de ella la quinta iglesia más grande del mundo. Dedicada a San Petronio, patrón de la ciudad (de la que fue obispo en el siglo V), su construcción se remonta a 1390, cuando el ayuntamiento encargó a Antonio di Vincenzo los trabajos de edificación de una gran catedral en estilo gótico, que según las primeras intenciones hubiera debido sobrepasar —en dimensión— a la Basílica de San Pedro, en Roma (el proyecto de tal majestuosidad fue bloqueado por voluntad papal). La basílica gozó desde un principio de gran prestigio, hasta el punto de ser escogida por Carlos V para su coronación como emperador por parte de Clemente VII en 1530.

En el interior de la basílica, concretamente en la cuarta capilla (llamada Capilla Bolognesi), encontramos un misterioso y desgarrador fresco del Quattrocento pintado por Giovanni da Modena en donde se representa El Paraíso, El regreso de los Reyes Magos, varios episodios de la vida de San Petronio y al Profeta del Islam condenado a ser eternamente desgarrado de la cabeza a los pies por los demonios.

Debajo de la sobrecogedora figura castigada a sufrir las penas del infierno, el pintor escribió con letras góticas un nombre: Mahomet.













Giovanni da Modena cogió el pincel y comenzó a plasmar al Profeta Mahoma completamente desnudo, rodeado por una serpiente, en el momento de ser torturado por un leviatán. No podría aventurar el pintor que, 551 años después, en el 2002, aquellas pinceladas que contemplaba orgulloso acabarían siendo objetivo de la ira de la organización terrorista islámica de Osama bin Laden, furiosa por considerar la obra una blasfemia. La Unión de Musulmanes de Italia destapó la caja de los truenos: “el fresco que representa a Mahoma en el infierno es blasfemo y obsceno”, exclamaron en una carta enviada al Papa Juan Pablo II hace pocos años. Tenían muy claro que esa obra era una afrenta demasiado grande, por lo que debía desaparecer. Para ello inauguró una campaña de movilizaciones (entre ellas una manifestación ante la mezquita de Roma) que hasta el momento, sin embargo, de poco han servido. Actualmente, mientras algunos representantes musulmanes en Italia se conforman con pedir que se quite el nombre del Profeta debajo de su figura, otros más exigentes propugnan incluso la “destrucción total”. «Quien trate de destruir esa imagen será bendecido por Dios, porque lo hará para modificar una actitud nociva y rechazada por el Islam», dijo Abdel Aziz El Mataani, profesor de la más antigua universidad islámica, la de Al Azhar de El Cairo. La noticia de un posible atentado contra la basílica, difundida hace unos años por un diario italiano, no ha sido confirmada por las fuerzas policiales de Bologna, que “aseguran” no tener ninguna evidencia de ello. Aun así y desde entonces, la iglesia se encuentra vigilada constantemente por policías de paisano. Últimamente San Petronio es asediada por centenares de turistas y curiosos que quieren ahora contemplar el suplicio (quien sabe si cada vez menos eterno) del Profeta مُحَمِّد.

2 comentarios:

  1. Tiene que ser sobrecogedor verlo en persona. Me ha gustado mucho esta entrada!
    Un besazo!!
    Espero verte pronto para otro cine-forum de tu colección ja,ja. Fue divertidísimo.

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  2. A mi me tambien me ha encantado! no tenia ni idea de la existencia de ese fresco... si señor, muy interesante! besicoooo

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